Somos la especie más invasiva y esto a los animales les genera conflicto. No nos podemos ni imaginar el ruido -auditivo y energético- y la distorsión que causamos en cualquier lugar, también en un entorno natural.
Por eso te quiero plantear algo que es muy importante pero que normalmente ni nos imaginamos: cambiar la forma en la que entramos en la naturaleza.
Cuando queremos entrar a casa de alguien, nos presentamos y pedimos permiso, pero cuando vamos a un espacio natural entramos como si fuera un centro comercial. No tenemos la actitud más correcta ni la energía más correcta, pero podemos cambiarlo.
¿QUÉ PERCIBEN DE NOSOTROS?
Una vez le pregunté a un conejo qué problema notaba él, y me dijo que llegamos arrasando con nuestra energía, pegando gritos, y dejando nuestra basura energética -sin mencionar a los que tiran basura, latas, plásticos, etc-.
Antes de entrar en un parque, campo o cualquier espacio natural, podemos parar un momento y pedir permiso e incluso hacer una ofrenda a la naturaleza. Si escuchamos de verdad su respuesta, unos días nos dará permiso y otros puede decirnos que no porque tal vez estemos muy estresados, angustiados, deprimidos…
Para minimizar el impacto negativo que podamos dejar, tendríamos que desestresarnos antes de ir a la naturaleza y después ir allí a compartir las cosas bonitas. Si vamos a soltar nuestras cargas a la naturaleza, les obligamos a gestionar algo que no es suyo y a buscar la forma de compensarlo para volver a su equilibrio.
Yo veo cómo la energía de plantas, árboles y animales se retrae muchas veces cuando alguien pasa por su lado porque la nuestra abarca mucho y puede ser muy agresiva. Los corzos me mostraron que nuestra energía tiene forma de punta de flecha, y esa flecha perfora energéticamente la naturaleza. Por suerte, luego entre ellos se recomponen y siguen funcionando.
Cuando vamos, una parte de nuestra energía se queda allí y genera ese conflicto a los seres vivos del lugar, así que te propongo que busques formas de dar algo a cambio, como hacer un poco de Reiki o recoger basuras.
CÓMO PEDIR PERMISO
Esto puede ser nuevo para ti y quizás estás pensando que tu perro no pide permiso para entrar en la naturaleza, pero la resonancia energética de un animal no tiene nada que ver con la nuestra.
Cuando vamos al monte, mis yeguas no piden permiso para entrar, lo pido yo.
El permiso lo pedimos con la intención, conectando con el corazón y dando las gracias por entrar en casa ajena. E igual que todos queremos que respeten nuestra casa, también los elementales, los árboles, los animales y las plantas quieren que tratemos su hogar -que también es el nuestro- con respeto.
¿SOY ESPECIAL POR COMUNICAR CON LOS ANIMALES?
Hablar con animales no nos hace especiales, pero como solo una minoría lo hace, sí se ve como algo extraordinario. A mí me preguntan mucho si los animales se me acercan para hablar conmigo, pero yo no tengo esa expectativa. No espero que ninguno se me acerque porque yo me sienta especial o porque pueda entenderles.
Para mí es como si voy a vivir a Francia y aprendo francés. Es una necesidad y otra forma de respeto. Necesito comunicar en el idioma que hablan mis perras y mis yeguas para poder entenderme con ellas. Y si quiero comunicar con mi alrededor, cuidarlo y respetarlo, tengo que aprender su idioma.
A mí la comunicación me sirve para conectar más conmigo misma y con la naturaleza. Si algún animal se me acerca y quiere hablar conmigo, maravilloso. De hecho me ha pasado en contadas ocasiones cuando estoy muy tranquila en el campo, en estado meditativo, disfrutando del entorno, conectando con la naturaleza, dejando mis emociones humanas a un lado… que un pajarito o una lagartija o un corzo han pasado por delante y he podido compartir una comunicación.
Los animales salvajes no necesitan comunicarse con nosotros.
COMUNICAR CON LA NATURALEZA
Cuando llego a un entorno natural, conecto con el lugar. Con los árboles, plantas, y demás vegetales o minerales la comunicación no es tan verbal como con un animal, sino que es más sensitiva y emocional.
Es difícil de explicar con palabras, pero lo que siento es la posibilidad de comunicar con todo lo que ocurre en el entorno a la vez, y que todo está interrelacionado, con lo que el mensaje es unitario.
Y tú también puedes hacerlo.
Cuando conectas con la naturaleza estás conectando contigo y desaparecen los espejos que suelen surgir cuando estamos aprendiendo porque la naturaleza tiene una fuerza mucho mayor que la nuestra.
Los animales y la naturaleza nos piden que cuidemos nuestra energía y nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Si lo hacemos, no solo vivimos con más paz, más conciencia y mejor calidad de vida, también estamos contribuyendo al equilibrio del Planeta.
No se trata de ser prefectos, sino de poner nuestra intención en hacerlo lo mejor posible y mejorar cada día.
– Clara Martín, Comunicadora animal, terapeuta y formadora.
En el vídeo Seamos respetuosos con la naturaleza ahondamos en este tema y contesto preguntas en directo.
Pincha encima de la imagen para ir al vídeo.
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